Versículos Que He Memorizado y Meditado

A continuación se encuentran algunos versículos en los que medito. Esta es la disciplina más duradera y rentable que practico. Llena mi vida

Solo memorizando un pasaje puedo meditar efectivamente, como he intentado explicar aquí.

Comencé esta práctica alrededor de 2007, viéndome a mi mismo en una porción de las Escrituras todos los días. Accedo a esta página web durante todo el día en mi teléfono celular, ya que se actualiza a medida que agrego más pasajes.

Las traducciones utilizadas son en su mayoría LBLA, pero he personalizado muchas y he elegido otras versiones también.

En el camino agrego más pasajes. Ojalá hubiera empezado esto cuando era más joven, así que la lista podría ser más larga. Estas son mis joyas.

Por favor, no pienses en esto como un regalo especial que tengo. De hecho, cada mañana que entro en un pasaje toma un tiempo antes de que regrese a la memoria. Un día después, pierdo el control. El objetivo de todo esto no es la memorización, es la meditación.

Para pasajes más largos, los divido en tamaños manejables, suficientes para masticar todo el día. Me lleva unos ocho meses completar un ciclo.

La última adición a esta lista se realizó en mayo de 2018: Santiago 1: 12-15 añadido.

Últimamente, estoy pasando un día extra más o menos con cada pasaje más largo. Me frena, pero ¿quién está mirando?  =)

Mateo 5  (Julio 2012) Las Bienaventuranzas 

Y cuando vio las multitudes, subió al monte; y después de sentarse, sus discípulos se acercaron a El. 2 Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo:

3 Bienaventurados[a] los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos.

4 Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.

5 Bienaventurados los humildes[b], pues ellos heredarán la tierra.

6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados.

7 Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia.

8 Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios.

9 Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.

10 Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. 11 Bienaventurados seréis[c] cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. 12 Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros.

Los Creyentes Son Sal y Luz 

13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya para nada sirve, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.

14 Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; 15 ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud[a], sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. 16 Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

En Cristo Se Cumple La Ley

17 No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. 18 Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña[a] ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla. 19 Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros[b], será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde[c] y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. 20 Porque os digo que si vuestra justicia no supera la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

Ira 

21 Habéis oído que se dijo a los antepasados: “No mataras” y: “Cualquiera que cometa homicidio será culpable[a] ante la corte.” 22 Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano[b] será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: “Raca[c]” a su hermano, será culpable delante de la corte suprema[d]; y cualquiera que diga: “Idiota”, será reo del infierno[e] de fuego.

De Acuerdo Con Tu Hermano 

23 Por tanto, si estás presentando tu ofrenda[a] en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja tu ofrenda[b] allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda[c]. 25 Reconcíliate pronto con tu adversario mientras vas[d] con él por el camino, no sea que tu adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil[e], y seas echado en la cárcel. 26 En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo[f].

Adulterio En El Corazón 

27 Habéis oído que se dijo: “No cometeras adulterio.” 28 Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón. 29 Y si tu ojo derecho te es ocasión de pecar[a], arráncalo y échalo de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno[b]. 30 Y si tu mano derecha te es ocasión de pecar, córtala y échala de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo vaya al infierno[c].

El Matrimonio es Sagrado e Inquebrantable 

31 También se dijo: “Cualquiera que repudie a su mujer, que le de carta de divorcio.” 32 Pero yo os digo que todo el que se divorcia de[a] su mujer, a no ser por causa de infidelidad, la hace cometer adulterio; y cualquiera que se casa con una mujer divorciada[b], comete adulterio.

Jesús Prohibe Juramentos 

33 También habéis oído que se dijo a los antepasados: “No juraras falsamente[a], sino que cumpliras tus juramentos[b] al Señor.” 34 Pero yo os digo: no juréis de ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; 35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por[c] Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. 36 Ni jurarás por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro ni un solo cabello. 37 Antes bien, sea vuestro hablar[d]: “Sí, sí” o “No, no”; y lo que es más de esto, procede del mal[e].

Ve La Milla Extra 

38 Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente.” 39 Pero yo os digo: no resistáis al que es malo; antes bien, a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. 40 Y al que quiera ponerte pleito y quitarte la túnica[a], déjale también la capa[b]. 41 Y cualquiera que te obligue a ir una milla, ve con él dos. 42 Al que te pida, dale; y al que desee pedirte prestado no le vuelvas la espalda.

Ama a Tus Enemigos 

43 Habéis oído que se dijo: “Amaras a tu projimo y odiarás a tu enemigo.” 44 Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, 45 para que seáis[a] hijos de vuestro Padre que está en los cielos; porque El hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. 46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tenéis? ¿No hacen también lo mismo los recaudadores de impuestos[b]? 47 Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis más que otros? ¿No hacen también lo mismo los gentiles? 48 Por tanto, sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto.

Mateo 6—Haz Lo Correcto Para Agradar a Dios  (Julio 2012)

Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. 2 Por eso, cuando des limosna[a], no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. 3 Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, 4 para que tu limosna[b] sea en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará[c].

La Oración Modelo 

5 Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas; porque a ellos les gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres[a]. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. 6 Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 7 Y al orar, no uséis repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería. 8 Por tanto, no os hagáis semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes que vosotros le pidáis.

9 Vosotros, pues, orad de esta manera:

“Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre.
10 “Venga tu reino.
Hágase tu voluntad,
así en la tierra como en el cielo.
11 “Danos hoy el pan nuestro de cada día[b].
12 “Y perdónanos nuestras deudas[c], como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.
13 “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal[d]. Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre jamás. Amén.[e]”
14 Porque si perdonáis a los hombres sus transgresiones, también vuestro Padre celestial os perdonará a vosotros. 15 Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras transgresiones.

Ayunar para Ser Vistos Solos por Dios 

16 Y cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas; porque ellos desfiguran[a] sus rostros para mostrar a los hombres que están ayunando. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. 17 Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, 18 para no hacer ver[b] a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Tesoros en El Cielo 

19 No os acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran[a] y roban; 20 sino acumulaos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones no penetran ni roban; 21 porque donde esté tu[b] tesoro, allí estará también tu[c] corazón.

Lámpara del Cuerpo 

22 La lámpara del cuerpo es el ojo; por eso, si tu ojo está sano[a], todo tu cuerpo estará lleno de luz. 23 Pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad. Así que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande será la oscuridad!

No Puedes Servir a Dios y las Riquezas 

24 Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas[a].

No Te Preocupes 

25 Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora[a] al curso de su vida[b]? 28 Y por la ropa, ¿por qué os preocupáis? Observad cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan; 29 pero os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos. 30 Y si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe? 31 Por tanto, no os preocupéis, diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿qué beberemos?” o “¿con qué nos vestiremos?” 32 Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que vuestro Padre celestial sabe que necesitáis de todas estas cosas. 33 Pero buscad[c] primero su[d] reino[e] y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas[f]. 34 Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará[g] de sí mismo. Bástele a cada[h] día sus propios problemas.

No Juzgues—Mateo 7 (8/12)

1 No juzguéis para que no seáis juzgados. 2 Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que midáis, se os medirá. 3 ¿Y por qué miras la mota[a] que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo? 4 ¿O cómo puedes decir[b] a tu hermano: “Déjame sacarte la mota del ojo”, cuando[c] la viga está en tu ojo? 5 ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano.

Perlas a Los Cerdos 

6 No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las huellen con sus patas, y volviéndose os despedacen.

Sigue Pidiendo, Buscando, Llamando

7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad[a], y se os abrirá. 8 Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 9 ¿O qué hombre hay entre vosotros que si su hijo le pide pan, le[b] dará una piedra, 10 o si[c] le pide un pescado, le[d] dará una serpiente? 11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden?

Regla de Oro 

12 Por eso, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, así también haced vosotros con ellos, porque esta es la ley y los profetas.

El Camino Estrecho 

13 Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición[a], y muchos son los que entran por ella. 14 Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

Por sus Frutos los Conocerán 

15 Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? 17 Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos. 18 Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego. 20 Así que, por sus frutos los conoceréis.

Nunca Los Conocí 

21 No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros[a]?” 23 Y entonces les declararé: “Jamás os conocí; apartaos de mi, los que practicais la iniquidad.”

Construye Sobre La Roca 

24 Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; 25 y cayó la lluvia, vinieron los torrentes[a], soplaron los vientos y azotaron[b] aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca. 26 Y todo el que oye estas palabras mías y no las pone en práctica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena; 27 y cayó la lluvia, vinieron los torrentes[c], soplaron los vientos y azotaron aquella casa; y cayó, y grande fue su destrucción.

28 Cuando[d] Jesús terminó estas palabras, las multitudes se admiraban de su enseñanza; 29 porque les enseñaba como uno que tiene autoridad, y no como sus escribas.

Mateo 11:28-30

28 Venid a mí, todos los que estáis cansados[a] y cargados, y yo os haré descansar. 29 Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas. 30 Porque mi yugo es fácil[b] y mi carga ligera.

Marcos 12:29-31

29 Jesús respondió: El más importante[a] es: “Escucha, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es; 30 y amaras al Señor tu Dios con todo tu corazon, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza.” 31 El segundo es éste: “Amaras a tu projimo como a ti mismo.” No hay otro mandamiento mayor que éstos.

Lucas 8:9-15 
El Sembrador 

9 Sus discípulos le preguntaban qué quería decir esta parábola, 10 y El dijo: A vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de Dios, pero a los demás les hablo en parábolas, para que viendo, no vean; y oyendo, no entiendan. 11 La parábola es ésta: la semilla es la palabra de Dios. 12 Y aquéllos a lo largo del camino son los que han oído, pero después viene el diablo y arrebata la palabra de sus corazones, para que no crean y se salven. 13 Y aquéllos sobre la roca son los que, cuando oyen, reciben la palabra con gozo; pero[a] éstos no tienen raíz profunda; creen[b] por algún tiempo, y en el momento de la tentación sucumben. 14 Y la semilla que cayó entre los espinos, éstos son los que han oído, y al continuar su camino son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y su fruto no madura. 15 Pero la semilla en la tierra buena, éstos son los que han oído la palabra con corazón recto y bueno, y la retienen, y dan fruto con su perseverancia.

Juan 14:1-27  (4/11)

No se turbe vuestro corazón; creed[a] en Dios, creed también en mí. 2 En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para vosotros. 3 Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis también vosotros. 4 Y conocéis el camino adonde voy[b]. 5 Tomás le dijo*: Señor, si no sabemos adónde vas, ¿cómo vamos a[c] conocer el camino? 6 Jesús le dijo*: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. 7 Si me hubierais conocido, también hubierais conocido a mi Padre; desde ahora le conocéis y le habéis visto. 8 Felipe le dijo*: Señor, muéstranos al Padre, y nos basta. 9 Jesús le dijo*: ¿Tanto tiempo he estado con vosotros, y todavía no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? 10 ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os digo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí es el que hace las[d] obras. 11 Creedme que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí; y si no, creed por las obras mismas. 12 En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre. 13 Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.

15 Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. 16 Y yo rogaré al Padre, y El os dará otro Consolador[e] para que esté con vosotros para siempre; 17 es decir, el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque ni le ve ni le conoce, pero vosotros sí le conocéis porque mora con vosotros y estará en vosotros. 18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. 19 Un poco más de tiempo[f] y el mundo no me verá más, pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. 20 En ese día conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. 21 El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él. 22 Judas (no el Iscariote) le dijo*: Señor, ¿y qué ha pasado que te vas a manifestar a nosotros y no al mundo? 23 Jesús respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada. 24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que oís no es mía, sino del Padre que me envió.

25 Estas cosas os he dicho estando con vosotros. 26 Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, El os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho.

27 La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

Juan 15: 1-17 (5/11 agregué la última parte)

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. 2 Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo quita; y todo el que da fruto, lo poda[a] para que dé más fruto. 3 Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer. 6 Si alguno no permanece en mí, es echado fuera como un sarmiento y se seca; y los recogen, los echan al fuego y se queman. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho. 8 En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así probéis que sois[b] mis discípulos. 9 Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. 10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. 11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea perfecto[c]. 12 Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, así como yo os he amado. 13 Nadie tiene un amor mayor que éste: que uno dé[d] su vida por sus amigos. 14 Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. 15 Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído de mi Padre. 16 Vosotros no me escogisteis a mí, sino que yo os escogí a vosotros, y os designé para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. 17 Esto os mando: que os améis los unos a los otros.

Hechos 1:6-8

6 Entonces los que estaban reunidos, le preguntaban, diciendo: Señor, ¿restaurarás en este tiempo el reino a Israel? 7 Y El les dijo: No os corresponde a vosotros saber los tiempos ni las épocas que el Padre ha fijado con su propia autoridad; 8 pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.

Romanos 8 (Mezcla) 

Por lo tanto, ahora no hay condenación para los que están en Cristo Jesús. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que la Ley no pudo hacer, débil como lo fue a través de la carne, Dios lo hizo: enviando a Su propio Hijo en semejanza de carne pecaminosa y como una ofrenda por el pecado, Él condenó el pecado en la carne, de modo que el requisito de la Ley se cumplirá en nosotros, que no andamos según la carne, sino según el Espíritu.

Porque los que son según la carne piensan en las cosas de la carne, pero los que son según el Espíritu son las cosas del Espíritu. Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz, porque la mente puesta en la carne es hostil hacia Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios, porque ni siquiera puede hacerlo, y los que están en la carne no pueden agradar a Dios.

Sin embargo, no estás en la carne sino en el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en ti, pero si alguien no tiene el Espíritu de Cristo, no le pertenece.

Si Cristo está en ti, aunque el cuerpo esté muerto a causa del pecado, el espíritu está vivo por causa de la justicia. Pero si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de los muertos mora en ustedes, el que levantó a Cristo Jesús de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de Su Espíritu que mora en ustedes.

Entonces, hermanos, estamos obligados, no a la carne, a vivir según la carne, porque si vivís conforme a la carne, morirás; pero si por el Espíritu estás matando las obras del cuerpo, vivirás.

Para todos los que están siendo guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios. Porque no has recibido un espíritu de esclavitud que te lleve a temer otra vez, pero has recibido un espíritu de adopción como hijos por el cual gritamos: “¡Abba, Padre!” El Espíritu mismo testifica con nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Ahora bien, si somos niños, entonces somos herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que compartimos sus sufrimientos para poder compartir su gloria. Considero que no vale la pena comparar nuestros sufrimientos actuales con la gloria que se revelará en nosotros.

La creación espera con ansiosa expectativa que los hijos de Dios sean revelados. Porque la creación fue sometida a la frustración, no por su propia elección, sino por la voluntad del que la sometió, con la esperanza de que la creación misma sea liberada de su esclavitud para la decadencia y traída a la gloriosa libertad de los hijos de Dios.

(22) Sabemos que toda la creación ha estado gimiendo como en los dolores del parto hasta el presente. No solo eso, sino que nosotros mismos, que tenemos los primeros frutos del Espíritu, gemimos interiormente mientras esperamos con impaciencia nuestra adopción como hijos, la redención de nuestros cuerpos. Porque con esta esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve no es ninguna esperanza en absoluto. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, lo esperamos pacientemente.

De la misma manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. No sabemos por lo que debemos orar, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que las palabras no pueden expresar. Y el que escudriña nuestros corazones conoce la mente del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los santos de acuerdo con la voluntad de Dios. Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas funcionan juntas para bien, para aquellos que son llamados de acuerdo con su propósito.

Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser hechos a la semejanza de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, también los llamó; aquellos a los que llamó, también justificó; aquellos a quienes justificó, también glorificó.

¿Qué, entonces, diremos en respuesta a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién puede estar en contra de nosotros? Aquel que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no también Él, junto con Él, nos dará todas las cosas?

¿Quién acusará a quienes Dios ha elegido? Es Dios quien justifica. ¿Quién es el que condena? Cristo Jesús, quien murió -más que eso, que resucitó a la vida- está a la diestra de Dios y también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo[a]? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?

Tal como está escrito:

Por causa tuya somos puestos a muerte todo el dia;
somos considerados como ovejas para el matadero.

No, en todas estas cosas somos más que vencedores a través de Él que nos amó. Porque estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni el presente ni el futuro, ni los poderes, ni la altura, ni la profundidad, ni ninguna otra cosa en toda la creación, podrán separarnos del amor de Dios que está en Cristo Jesús nuestro Señor.

Romanos 11:33-12:2

33 ¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos! 34 Pues, ¿quien ha conocido la mente del Señor?, ¿o quien llego a ser su consejero?, 35 ¿o quien le ha dado a El primero para que se le tenga que recompensar[a]? 36 Porque de El, por El y para El son todas las cosas. A El sea la gloria para siempre. Amén.

12 Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable[b] a Dios, que es vuestro culto racional. 2 Y no os adaptéis[c] a este mundo[d], sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable[e] y perfecto.

Romanos 12:9-21 (9/13)

9 El amor sea sin hipocresía; aborreciendo lo malo, aplicándoos[a] a lo bueno.

10 Sed afectuosos unos con otros con amor fraternal; con honra, daos preferencia unos a otros; 11 no seáis perezosos en lo que requiere diligencia; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor,

12 gozándoos en la esperanza, perseverando en el sufrimiento, dedicados a la oración,

13 contribuyendo para las necesidades de los santos, practicando[b] la hospitalidad.

14 Bendecid a los que os[c] persiguen; bendecid, y no maldigáis.

15 Gozaos con los que se gozan y llorad con los que lloran.

16 Tened el mismo sentir[d] unos con otros; no seáis altivos en vuestro pensar, sino condescendiendo con los humildes[e]. No seáis sabios en vuestra propia opinión.

17 Nunca paguéis a nadie mal por mal. Respetad[f] lo bueno delante de todos los hombres.

18 Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres.

19 Amados, nunca os venguéis vosotros mismos, sino dad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: Mia es la venganza, yo pagare, dice el Señor.

20 Pero si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber, porque haciendo esto, carbones encendidos amontonaras sobre su cabeza.

21 No seas vencido por el mal, sino vence con el bien el mal.

Romanos 15:12-13 (7/16)

12 Y a su vez, Isaías dice:

Retoñara[a] la raiz de Isai,
el que se levanta a regir a los gentiles;
los gentiles pondran en El su esperanza.
13 Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.

I Corintios 10:12-13 

12 Por tanto, el que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga. 13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres; y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que podáis resistirla.

1 Corintios 13

Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, he llegado a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. 2 Y si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy. 3 Y si diera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado[a], pero no tengo amor, de nada me aprovecha. 4 El amor es paciente, es bondadoso[b]; el amor no tiene envidia[c]; el amor no es jactancioso, no es arrogante; 5 no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido; 6 no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad; 7 todo lo sufre[d], todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 El amor nunca deja de ser; pero si hay dones de profecía[e], se acabarán; si hay lenguas, cesarán; si hay conocimiento, se acabará. 9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; 10 pero cuando venga lo perfecto, lo incompleto se acabará. 11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño. 12 Porque ahora vemos por un espejo, veladamente[f], pero entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido. 13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.

2 Corintios 5:1-10 

Porque sabemos que si la tienda terrenal que es nuestra morada[a], es destruida, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha por manos, eterna en los cielos. 2 Pues, en verdad[b], en esta morada gemimos, anhelando ser vestidos con nuestra habitación celestial; 3 y una vez vestidos, no seremos hallados desnudos. 4 Porque asimismo, los que estamos en esta tienda, gemimos agobiados, pues no queremos ser desvestidos, sino vestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. 5 Y el que nos preparó para esto mismo es Dios, quien nos dio el Espíritu como garantía[c]. 6 Por tanto, animados siempre y sabiendo que mientras habitamos[d] en el cuerpo, estamos ausentes del Señor 7 (porque por fe andamos, no por vista[e]); 8 pero cobramos ánimo y preferimos más bien estar ausentes del cuerpo y habitar[f] con el Señor. 9 Por eso, ya sea presentes o ausentes, ambicionamos serle agradables. 10 Porque todos nosotros debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno sea recompensado por sus hechos estando en el cuerpo[g], de acuerdo con lo que hizo, sea bueno o sea malo.

2 Corintios 10:3-5

3 Pues aunque andamos en la carne, no luchamos según la carne; 4 porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas; 5 destruyendo especulaciones[a] y todo razonamiento altivo[b] que se levanta contra el conocimiento de Dios, y poniendo todo pensamiento en cautiverio a la obediencia de Cristo,

Gálatas 2:20

20 Con Cristo he sido crucificado[a], y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que[b] ahora vivo en la carne, la[c] vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Gálatas 5:16-17  (1/12)

16 Digo, pues: Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne. 17 Porque el deseo de la carne es contra[a] el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues éstos se oponen el uno al otro, de manera que no podéis hacer lo que deseáis.

Gálatas 5:22-25

22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad[a], 23 mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley. 24 Pues los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu[b].

Efesios 2:1-10 (1/12)

1 Y El os dio vida a vosotros, que estabais[a] muertos en[b] vuestros delitos y pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo según la corriente[c] de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3 entre los cuales también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo[d] los deseos de la carne y de la mente[e], y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. 4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del[f] gran amor con que nos amó, 5 aun cuando estábamos muertos en[g] nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvados), 6 y con El nos resucitó, y con El nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús, 7 a fin de poder mostrar en los siglos venideros las sobreabundantes riquezas de su gracia por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. 8 Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; 9 no por[h] obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.

Efesios 3:14-21

14 Por esta causa, pues, doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo[a], 15 de quien recibe nombre toda familia[b] en el cielo y en la tierra, 16 que os conceda, conforme a las riquezas de su gloria, ser fortalecidos con poder por su Espíritu en el hombre interior; 17 de manera que Cristo more por la fe en vuestros corazones; y que arraigados y cimentados en amor, 18 seáis capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, 19 y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que seáis llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios.

Filipenses 2:1-11 (12-16 en 5/14)

Por tanto, si hay algún estímulo en Cristo, si hay algún consuelo de amor, si hay alguna comunión del Espíritu, si algún afecto[a] y compasión, 2 haced completo mi gozo, siendo[b] del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito. 3 Nada hagáis por egoísmo[c] o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo, 4 no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás. 5 Haya, pues, en[d] vosotros esta actitud[e] que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo[f] tomando forma de siervo, haciéndose[g] semejante a los hombres. 8 Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, 10 para que al[h] nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

12 Así que, amados míos, tal como siempre habéis obedecido, no sólo en[a] mi presencia, sino ahora mucho más en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor; 13 porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para[b] su beneplácito. 14 Haced todas las cosas sin murmuraciones ni discusiones, 15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa[c], en medio de la cual resplandecéis como luminares[d] en el mundo, 16 sosteniendo firmemente la palabra de vida, a fin de que yo tenga motivo para gloriarme en el día de Cristo, ya que no habré corrido en vano ni habré trabajado en vano.

Filipenses 4:4-13  (9-13 en 1/14)

4 Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez lo diré: ¡Regocijaos! 5 Vuestra bondad sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 6 Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento[a], guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.

8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable[b], si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad. 9 Lo que también habéis aprendido y recibido y oído y visto en mí, esto practicad, y el Dios de paz estará con vosotros.

10 Me alegré grandemente en el Señor de que ya al fin habéis reavivado vuestro cuidado para conmigo; en verdad, antes os preocupabais, pero os faltaba la oportunidad. 11 No que hable porque tenga escasez[c], pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. 12 Sé vivir en pobreza[d], y sé vivir en prosperidad; en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad. 13 Todo lo puedo en Cristo[e] que me fortalece.

Colosenses 3: 1-6, 7-11 (4/18)

Si habéis, pues, resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la mira[a] en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, nuestra[b] vida, sea manifestado, entonces vosotros también seréis manifestados con El en gloria. 5 Por tanto, considerad los miembros de vuestro cuerpo terrenal como muertos[c] a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría. 6 Pues la ira de Dios vendrá sobre los hijos de desobediencia[d] por causa de estas cosas,

7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. 8 Pero ahora desechad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, lenguaje soez de vuestra boca. 9 No mintáis[a] los unos a los otros, puesto que habéis desechado al viejo hombre con sus malos hábitos, 10 y os habéis vestido del nuevo hombre, el cual se va renovando hacia un verdadero conocimiento, conforme a la imagen de aquel que lo creó; 11 una renovación en la cual no hay distinción entre griego y judío, circunciso e incircunciso[b], bárbaro[c], escita[d], esclavo o libre, sino que Cristo es todo, y en todos.

I Tesalonicenses 4:1-5 

Por lo demás, hermanos, os rogamos, pues, y os exhortamos en el Señor Jesús, que como habéis recibido de nosotros instrucciones acerca de la manera en que debéis andar[a] y agradar a Dios (como de hecho ya andáis), así abundéis en ello más y más. 2 Pues sabéis qué preceptos os dimos por autoridad del[b] Señor Jesús. 3 Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; es decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual[c]; 4 que cada uno de vosotros sepa cómo poseer[d] su propio vaso[e] en santificación y honor, 5 no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios;

I Tesalonicenses 5:14-24  (10/13)

14 Y os exhortamos, hermanos, a que amonestéis a los indisciplinados[a], animéis a los desalentados, sostengáis a los débiles y seáis pacientes con todos. 15 Mirad que ninguno devuelva a otro mal por mal, sino procurad siempre lo bueno los unos para con los otros, y para con todos. 16 Estad siempre gozosos; 17 orad sin cesar; 18 dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús. 19 No apaguéis el Espíritu; 20 no menospreciéis las profecías[b]. 21 Antes bien, examinadlo todo cuidadosamente, retened lo bueno; 22 absteneos de toda forma[c] de mal.

Pablo ora por la santificación de los tesalonicenses
23 Y que el mismo Dios de paz os santifique por completo[d]; y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para[e] la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24 Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.

II Tesalonicenses 3:16

16 Y que el mismo Señor de paz siempre os conceda paz en todas las circunstancias[a]. El Señor sea con todos vosotros.

I Timoteo 6:6-8

6 Pero la piedad, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento. 7 Porque nada hemos traído al mundo, así que[a] nada podemos sacar de él. 8 Y si tenemos qué comer y con qué cubrirnos, con eso estaremos contentos.

II Timoteo 4: 6-8

6 Porque yo ya estoy para ser derramado como una ofrenda de libación, y el tiempo de mi partida ha llegado. 7 He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. 8 En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida[a].

Tito 2:11-14

11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres[a], 12 enseñándonos, que negando la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este mundo[b] sobria, justa y piadosamente, 13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador[c] Cristo Jesús, 14 quien se dio a sí mismo por nosotros, para redimirnos de toda iniquidad y purificar para si un pueblo para posesion suya, celoso de buenas obras.

Hebreos 4: 12-16  (14-16, 10/13)

12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir[a] los pensamientos y las intenciones del corazón. 13 Y no hay cosa creada oculta a su vista[b], sino que todas las cosas están al descubierto[c] y desnudas ante los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.

14 Teniendo, pues, un gran sumo sacerdote que trascendió[d] los cielos, Jesús, el Hijo de Dios, retengamos nuestra fe[e]. 15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado. 16 Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.

Hebreos 12:1-2 (8/16)

Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia[a] la carrera que tenemos por delante, 2 puestos los ojos en[b] Jesús, el autor y consumador[c] de la fe, quien por el gozo puesto delante de El soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.

Santiago 1:2-8

2 Tened por sumo gozo, hermanos míos, el que[a] os halléis en[b] diversas pruebas[c], 3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia[d], 4 y que la paciencia[e] tenga su perfecto resultado[f], para que seáis perfectos[g] y completos, sin que os falte nada.

5 Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche[h], y le será dada. 6 Pero que pida con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra. 7 No piense, pues, ese hombre, que recibirá cosa alguna del Señor, 8 siendo hombre de doble ánimo[i], inestable en todos sus caminos.

Santiago 1:12-15 (5/18)

12 Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba, porque una vez que ha sido aprobado[a], recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que le aman. 13 Que nadie diga cuando es tentado: Soy tentado por[b] Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal[c] y El mismo no tienta a nadie. 14 Sino que cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión[d]. 15 Después, cuando la pasión[e] ha concebido, da a luz el pecado; y cuando el pecado es consumado, engendra la muerte.

Santiago 4:6-9

6 Pero El da mayor gracia. Por eso dice: Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes. 7 Por tanto, someteos a Dios. Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros. 8 Acercaos a Dios, y El se acercará a vosotros. Limpiad vuestras manos, pecadores; y vosotros de doble ánimo[a], purificad vuestros corazones. 9 Afligíos, lamentad y llorad; que vuestra risa se torne en llanto[b] y vuestro gozo en tristeza.

1 Pedro 1:13-16

13 Por tanto, ceñid vuestro entendimiento para la acción[a]; sed[b] sobrios en espíritu, poned vuestra esperanza completamente en la gracia que se os traerá[c] en la revelación[d] de Jesucristo. 14 Como hijos obedientes[e], no os conforméis a los deseos que antes teníais en vuestra ignorancia, 15 sino que así como aquel que os llamó es santo[f], así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito está: Sed santos, porque Yo soy santo.

2 Pedro 1:2-8

2 Gracia y paz os sean multiplicadas en el conocimiento de Dios y de Jesús nuestro Señor.

Virtudes del cristiano
3 Pues su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, mediante el verdadero conocimiento de aquel que nos llamó por[a] su gloria y excelencia[b], 4 por medio de las cuales nos ha concedido sus preciosas y maravillosas promesas, a fin de que por ellas lleguéis a ser partícipes de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que hay en el mundo por causa de la concupiscencia. 5 Por esta razón también, obrando con toda diligencia, añadid a vuestra fe, virtud, y a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento, dominio propio, al dominio propio, perseverancia, y a la perseverancia, piedad, 7 a la piedad, fraternidad y a la fraternidad, amor. 8 Pues estas virtudes, al estar en vosotros y al abundar, no os dejarán ociosos[c] ni estériles en el verdadero conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.

1 Juan 1:1-2:6

Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que han palpado nuestras manos, acerca del Verbo de vida 2 (pues[a] la vida fue manifestada, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos manifestó); 3 lo que hemos visto y oído, os proclamamos también a vosotros, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y en verdad nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. 4 Os escribimos estas cosas para que nuestro[b] gozo sea completo.

5 Y este es el mensaje que hemos oído de El y que os anunciamos: Dios es luz, y en El no hay tiniebla alguna. 6 Si decimos que tenemos comunión con El, pero[c] andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad; 7 mas si andamos en la luz, como El está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado. 8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad[d]. 10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a El mentiroso y su palabra no está en nosotros.

2 Hijitos míos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Y si alguno peca, Abogado[e] tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 2 El mismo es la propiciación[f] por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. 3 Y en esto sabemos que hemos llegado a conocerle: si guardamos sus mandamientos. 4 El que dice: Yo he llegado a conocerle, y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él; 5 pero el que guarda su palabra, en él verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado. En esto sabemos que estamos en El. 6 El que dice que permanece en El, debe[g] andar como El anduvo.

1 Juan 2:15-17

15 No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida[a], no proviene del Padre, sino del mundo. 17 Y el mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. 

1 Juan 2:28-3:3

28 Y ahora, hijos[a], permaneced en El, para que cuando se manifieste, tengamos confianza y no nos apartemos de El avergonzados[b] en su venida[c]. 29 Si sabéis que El es justo, sabéis también que todo el que hace justicia es nacido[d] de El.

Mirad cuán gran amor[e] nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a El. Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando El se manifieste[f], seremos semejantes a El porque le veremos como El es. Y todo el que tiene esta esperanza puesta en El, se purifica, así como El es puro.

Judas 24,25

Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída[a] y para presentaros sin mancha en presencia de su gloria con gran alegría, 25 al único Dios nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea gloria, majestad, dominio y autoridad, antes de todo tiempo, y ahora y por todos los siglos. Amén.

Apocalipsis 19:6-9  (10/13)

Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de fuertes truenos, que decía:

¡Aleluya!
Porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina.
Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a El la gloria,
porque las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado.
Y a ella le fue concedido vestirse de lino fino, resplandeciente y limpio,
porque las acciones justas de los santos son[a] el lino fino.

Y el ángel me dijo*: Escribe: “Bienaventurados los que están invitados[b] a la cena de las bodas del Cordero.” Y me dijo*: Estas son palabras verdaderas de Dios.

Apocalipsis 4:10-11 (03/14)

10 los veinticuatro ancianos se postran[a] delante del que está sentado en el trono, y adoran[b] al que vive por los siglos de los siglos, y echan[c] sus coronas delante del trono, diciendo:

11 Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen[d] y fueron creadas.

Apocalipsis 5: 9-13 (11/13)

Y cantaban* un cántico nuevo, diciendo:

Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre compraste[a] para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación.

10 Y los has hecho[b] un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán[c] sobre la tierra.

11 Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono y de los seres vivientes y de los ancianos; y el número de ellos era miríadas de miríadas, y millares de millares, 12 que decían a gran voz:

El Cordero que fue inmolado digno es de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, el honor, la gloria y la alabanza.

13 Y a toda cosa creada que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir:

Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el dominio por los siglos de los siglos.

Apocalipsis 19: 6-9  (10/13)

Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de fuertes truenos, que decía:

¡Aleluya!
Porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina.
Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a El la gloria,
porque las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado.
Y a ella le fue concedido vestirse de lino fino, resplandeciente y limpio,
porque las acciones justas de los santos son[a] el lino fino.

Y el ángel me dijo*: Escribe: “Bienaventurados los que están invitados[b] a la cena de las bodas del Cordero.” Y me dijo*: Estas son palabras verdaderas de Dios.

Apocalipsis 21: 1-7

Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, preparada como una novia ataviada para su esposo.Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y El habitará entre ellos y ellos serán su pueblo[a], y Dios mismo estará entre ellos[b]. El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado. Y el que está sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y añadió*: Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas. También me dijo: Hecho está[c]. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tiene sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El vencedor[d] heredará estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo.

 Números 6:22-27 (2/12)

22 Entonces habló el Señor a Moisés, diciendo: 23 Habla a Aarón y a sus hijos, y diles[a]: “Así bendeciréis a los hijos de Israel. Les diréis:

24 ‘El Señor te bendiga y te guarde;

25 el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti,
y tenga de ti misericordia;

26 el Señor alce sobre ti su rostro,
y te dé paz.’”

27 Así invocarán[b] mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.

 Los Diez Mandamientos Exodo 20:1-17

 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo:

Yo soy el Señor tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre[a].

No tendrás otros dioses delante de[b] mí.

No te harás ídolo[c], ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No los adorarás[d] ni los servirás[e]; porque yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta[f] la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano, porque el Señor no tendrá por inocente al que tome su nombre en vano.

Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, 10 mas el séptimo día es día de reposo para el Señor tu Dios; no harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el extranjero que está contigo[g]. 11 Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, el Señor bendijo el día de reposo y lo santificó.

12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el Señor tu Dios te da.

13 No matarás[h].

14 No cometerás adulterio.

15 No hurtarás.

16 No darás falso testimonio contra tu prójimo.

17 No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo.

Josué 1: 5-8

5 Nadie te podrá hacer frente[a] en todos los días de tu vida. Así como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré. 6 Sé fuerte y valiente, porque tú darás a este pueblo posesión de la tierra que juré a sus padres que les daría. 7 Solamente sé fuerte y muy valiente; cuídate[b] de cumplir toda la ley que Moisés mi siervo te mandó; no te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito[c] dondequiera que vayas. 8 Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides[d] de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito[e].

 2 Crónicas 7:14 (5/12)

14 y se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre, y oran, buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra.

Salmo 1

¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la silla de los escarnecedores,
sino que en la ley del Señor está su deleite,
y en su ley medita de día y de noche!
Será como árbol firmemente plantado junto a corrientes[a] de agua,
que da su fruto a su tiempo,
y su hoja[b] no se marchita;
en todo lo que hace, prospera[c].

No así los impíos,
que son como paja que se lleva el viento.
Por tanto, no se sostendrán[d] los impíos en el juicio,
ni los pecadores en la congregación de los justos.
Porque el Señor conoce[e] el camino de los justos,
mas el camino de los impíos perecerá.

Salmo 3:3  escudo, canción

Mas tú, oh Señor, eres escudo en derredor mío,
mi gloria, y el que levanta mi cabeza.

Salmo 5:1-3 presta atención, canción

Escucha mis palabras, oh Señor;
considera mi lamento[b].
Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío,
porque es a ti a quien oro.
Oh Señor, de mañana oirás mi voz;
de mañana presentaré[c] mi oración[d] a ti,
con ansias esperaré.

Salmo 16:5-8

El Señor es la porción de mi herencia y de mi copa;
tú sustentas mi suerte.
Las cuerdas cayeron para mí en lugares agradables;
en verdad mi herencia es hermosa para mí.

Bendeciré al Señor que me aconseja;
en verdad, en las noches mi corazón[a] me instruye.
Al Señor he puesto continuamente delante de mí;
porque está a mi diestra, permaneceré firme[b].

Salmo 19:1-14  (agregué 1-6 in 2/12)
1 Los cielos proclaman[a] la gloria de Dios,

y la expansión[b] anuncia la obra de sus manos.

Un día transmite el mensaje al otro día,
una noche a la otra noche revela sabiduría.
No hay mensaje, no hay palabras;
no se oye su voz[c].
Mas por toda la tierra salió su voz[d],
y hasta los confines del mundo sus palabras.
En ellos[e] puso una tienda para el sol,
y éste, como un esposo que sale de su alcoba,
se regocija cual hombre fuerte al correr su carrera.
De un extremo de los cielos es su salida,
y su curso hasta el otro extremo[f] de ellos;
y nada hay que se esconda de su calor.

La ley del Señor es perfecta[g], que restaura el alma;
el testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo.
Los preceptos del Señor son rectos, que alegran el corazón;
el mandamiento del Señor es puro, que alumbra los ojos.
El temor del Señor es limpio, que permanece para siempre;
los juicios del Señor son verdaderos, todos ellos justos;
10 deseables más que el oro; sí, más que mucho oro fino,
más dulces que la miel y que el destilar[h] del panal.
11 Además, tu siervo es amonestado por ellos;
en guardarlos hay gran recompensa.
12 ¿Quién puede discernir sus propios errores?
Absuélveme de los que me son ocultos.
13 Guarda también a tu siervo de pecados de soberbia;
que no se enseñoreen de mí.
Entonces seré íntegro[i],
y seré absuelto de gran transgresión.
14 Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti,
oh Señor, roca mía y redentor mío.

Salmo 23, (líricas tradicionales de salterio)

El Señor es mi pastor,
nada me faltará[a].
En lugares de verdes pastos me hace descansar;
junto a aguas de reposo me conduce.
El restaura[b] mi alma;
me guía por senderos de justicia[c]
por amor de su nombre.

Aunque pase por el valle de sombra de muerte[d],
no temeré mal[e] alguno, porque tú estás conmigo;
tu vara y tu cayado me infunden aliento[f].
Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos;
has ungido[g] mi cabeza con aceite;
mi copa está rebosando.
Ciertamente[h] el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
y en la casa del Señor moraré[i] por largos días.

Salmo 27:1-4. 8 de David.

El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré?

El Señor es la fortaleza[a] de mi vida;
¿de quién tendré temor?
Cuando los malhechores vinieron sobre mí para devorar mis carnes,
ellos, mis adversarios y mis enemigos, tropezaron y cayeron.
Aunque un ejército acampe contra mí,
no temerá mi corazón;
aunque en mi contra se levante guerra,
a pesar de ello, estaré confiado[b].

Una cosa he pedido al Señory ésa buscaré:
que habite yo en la casa del Señor todos los días de mi vida,
para contemplar la hermosura[c] del Señor,
y para meditar[d] en su templo.

Cuando dijiste: Buscad mi rostro, mi corazón te respondió:
Tu rostro, Señor, buscaré. 

Salmo 32   perdonados LBLA

¡Cuán bienaventurado es aquel cuya transgresión es perdonada,
cuyo pecado es cubierto!
¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el Señor no culpa de iniquidad,
y en cuyo espíritu no hay engaño!

Mientras callé mi pecado, mi cuerpo[b] se consumió
con mi gemir[c] durante todo el día.
Porque día y noche tu mano pesaba sobre mí;
mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano[d](Selah[e])
Te manifesté mi pecado,
y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones al Señor;
y tú perdonaste la culpa[f] de mi pecado. (Selah)
Por eso, que todo santo ore a ti en el tiempo en que puedas ser hallado[g];
ciertamente, en la inundación de muchas aguas, no llegarán éstas a él.
Tú eres mi escondedero[h]; de la angustia me preservarás;
con cánticos[i] de liberación me rodearás. (Selah)

Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar;
te aconsejaré con mis ojos puestos en ti.
No seas como el caballo o como el mulo, que no tienen entendimiento;
cuyos arreos incluyen brida y freno para sujetarlos,
porque si no, no se acercan a ti.
10 Muchos son los dolores del impío,
pero al que confía en el Señor, la misericordia lo rodeará.
11 Alegraos en el Señor y regocijaos, justos;
dad voces de júbilo, todos los rectos de corazón.

Salmo 34: 1-10     En todo tiempo

Bendeciré al Señor en todo tiempo;
continuamente estará su alabanza en mi boca.
En el Señor se gloriará mi alma;
lo oirán los humildes y se regocijarán.
Engrandeced al Señor conmigo,
y exaltemos a una[c] su nombre.

Busqué al Señor, y El me respondió,
y me libró de todos mis temores.
Los que a El miraron, fueron iluminados[d];
sus rostros jamás serán avergonzados.
Este pobre[e] clamó, y el Señor le oyó,
y lo salvó de todas sus angustias.
El ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen,
y los rescata.

Probad[f] y ved que el Señor es bueno.
¡Cuán bienaventurado es el hombre que en El se refugia!
Temed al Señor, vosotros sus santos,
pues nada les falta a aquellos que le temen.
10 Los leoncillos pasan necesidad y tienen hambre,
mas los que buscan al Señor no carecerán de bien alguno.

Salmo 37: 1-8  Deleite 

No te irrites a causa de los malhechores;
no tengas envidia de los que practican la iniquidad.
Porque como la hierba pronto se secarán[a],
y se marchitarán como la hierba verde.
Confía en el Señor, y haz el bien;
habita en la tierra, y cultiva la[b] fidelidad.
Pon tu delicia en el Señor,
y El te dará las peticiones de tu corazón.
Encomienda al Señor tu camino,
confía en El, que El actuará;
hará resplandecer[c] tu justicia como la luz,
y tu derecho[d] como el mediodía.

Confía callado en[e] el Señor y espérale con paciencia;
no te irrites a causa del que prospera en su camino,
por el hombre que lleva a cabo sus intrigas.
Deja la ira y abandona el furor;
no te irrites, sólo harías lo malo.

Salmo 40: 1-8  hoyo de la destrucción

Al Señor esperé pacientemente,
y El se inclinó a mí y oyó mi clamor.
Me sacó del hoyo de la destrucción, del lodo cenagoso;
asentó mis pies sobre una roca[a] y afirmó mis pasos.
Puso en mi boca un cántico nuevo, un canto de alabanza a nuestro Dios;
muchos verán esto, y temerán,
y confiarán en el Señor.

Cuán bienaventurado es el hombre que ha puesto en el Señor su confianza[b],
y no se ha vuelto a los soberbios ni a los que caen en falsedad.
Muchas son, Señor, Dios mío, las maravillas que tú has hecho,
muchos tus designios[c] para con nosotros;
nadie hay que se compare contigo;
si los anunciara, y hablara de ellos,
no podrían ser enumerados[d].

Sacrificio[e] y ofrenda de cereal no has deseado;
has abierto[f] mis oídos;
holocausto y ofrenda por el pecado[g] no has requerido.
Entonces dije: He aquí, vengo;
en el rollo del libro está escrito de[h] mí;
me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío;
tu ley está dentro de mi corazón[i].

Salmo 42:8-11 Como el ciervo (Julio 2014)

Como el ciervo[b] anhela[c] las corrientes de agua,
así suspira[d] por ti, oh Dios, el alma mía.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente;
¿cuándo vendré y me presentaré delante[e] de Dios?
Mis lágrimas han sido mi alimento de día y de noche,
mientras me dicen todo el día: ¿Dónde está tu Dios?
Me acuerdo de estas cosas y derramo mi alma dentro de mí;
de cómo iba yo con la multitud y la guiaba hasta la casa de Dios,
con voz de alegría y de acción de gracias, con la muchedumbre en fiesta.

¿Por qué te abates[f], alma mía,
por qué te turbas dentro de mí?
Espera en[g] Dios, pues he de alabarle otra vez[h]
por la salvación[i] de su presencia[j].
Dios mío, mi alma está en mí deprimida[k];
por eso me acuerdo de ti desde la tierra del Jordán,
desde las cumbres del Hermón[l], desde el monte Mizar.
Un abismo llama a otro abismo a la voz de tus cascadas;
todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
De día mandará el Señor su misericordia,
y de noche su cántico estará conmigo;
elevaré una oración al Dios de mi vida.

A Dios, mi roca[m], diré: ¿Por qué me has olvidado?
¿Por qué ando sombrío por la opresión del enemigo[n]?
10 Como quien quebranta mis huesos, mis adversarios me afrentan,
mientras me dicen todo el día: ¿Dónde está tu Dios?
11 ¿Por qué te abates[o], alma mía,
y por qué te turbas dentro de mí?
Espera en[p] Dios, pues he de alabarle otra vez[q].
¡El es la salvación[r] de mi ser[s], y mi Dios!

Salmo 46: 1-5, 10-11 refugio y fortaleza

Dios es nuestro refugio y fortaleza,
nuestro pronto auxilio[b] en las tribulaciones[c].
Por tanto, no temeremos aunque la tierra sufra cambios,
y aunque los montes se deslicen al fondo[d] de los mares;
aunque bramen y se agiten[e] sus aguas,
aunque tiemblen los montes con creciente enojo[f](Selah[g])

Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios,
las moradas santas del Altísimo.
Dios está en medio de ella, no será sacudida;
Dios la ayudará al romper el alba[h].

 

Estad quietos, y sabed que yo soy Dios;
exaltado seré entre las naciones[a], exaltado seré en la tierra.
11 El Señor de los ejércitos está con nosotros;
nuestro baluarte es el Dios de Jacob. (Selah)

Salmo 50:10-15  El ganado

Porque mío es todo animal del bosque,
y el ganado sobre mil colinas[a].
11 Toda ave de los montes conozco,
y mío es[b] todo lo que en el campo se mueve.
12 Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti;
porque mío es el mundo y todo lo que en él hay[c].
13 ¿Acaso he de comer carne de toros[d],
o beber sangre de machos cabríos?
14 Ofrece a Dios sacrificio de acción de gracias,
y cumple tus votos al Altísimo;
15 e invócame en el día de la angustia;
yo te libraré[e], y tú me honrarás.

Salmo 51:1-13   Ten Misericordia

Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
conforme a lo inmenso de tu compasión, borra mis transgresiones.
Lávame por completo de mi maldad,
y límpiame de mi pecado.
Porque yo reconozco mis transgresiones,
y mi pecado está siempre delante de mí.
Contra ti, contra ti sólo he pecado,
y he hecho lo malo delante de tus ojos,
de manera que eres justo[b] cuando hablas[c],
y sin reproche[d] cuando juzgas.

He aquí, yo nací en iniquidad,
y en pecado me concibió mi madre.
He aquí, tú deseas la verdad en lo más íntimo,
y en lo secreto me harás conocer sabiduría.
Purifícame con hisopo, y seré limpio;
lávame, y seré más blanco que la nieve.
Hazme oír gozo y alegría;
que se regocijen los huesos que has quebrantado.
Esconde tu rostro de mis pecados,
y borra todas mis iniquidades.

10 Crea en[e] mí, oh Dios, un corazón limpio,
y renueva un espíritu recto dentro de mí.
11 No me eches de tu presencia,
y no quites de mí tu santo Espíritu.
12 Restitúyeme el gozo de tu salvación,
y sostenme con un espíritu de poder[f].
13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos,
y los pecadores se convertirán[g] a ti. 

Salmo 67:1-7  ( Mayo 2013)    

Dios tenga piedad de nosotros y nos bendiga,
y haga resplandecer su rostro sobre[a] nosotros; (Selah[b])
para que sea conocido en la tierra tu camino,
entre todas las naciones tu salvación.
Te den gracias los pueblos, oh Dios,
todos los pueblos te den gracias.
Alégrense y canten con júbilo las naciones,
porque tú juzgarás a los pueblos con equidad,
y guiarás a las naciones en la tierra. (Selah)
Te den gracias los pueblos, oh Dios,
todos los pueblos te den gracias.
La tierra ha dado su fruto;
Dios, nuestro Dios, nos bendice.
Dios nos bendice,
para que le teman[c] todos los términos de la tierra. 

Salmo 84:1-2  and 10-12  (Agosto 2011)

¡Cuán preciosas[b] son tus moradas,
oh Señor de los ejércitos!
Anhela mi alma, y aun desea con ansias los atrios del Señor;
mi corazón y mi carne cantan con gozo al Dios vivo.

10Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos.

Prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios
que morar en las tiendas de impiedad.
11 Porque sol y escudo es el Señor Dios;
gracia y gloria da el Señor;
nada bueno niega a los que andan en integridad[a].
12 Oh Señor de los ejércitos,
¡cuán bienaventurado es el hombre que en ti confía!

Salmo 89:1-2 Recordando el pacto con David 

Por siempre cantaré de las misericordias del Señor;
con mi boca daré a conocer tu fidelidad a todas las generaciones.
Porque dije: Para siempre será edificada la misericordia;
en los cielos mismos establecerás tu fidelidad.

Salmo 90:1-12 – Versículos seleccionados (Octubre 2015) Oración de Moisés hombre de Dios.

Señor, tú has sido un refugio[b] para nosotros

de generación en generación.
Antes que los montes fueran engendrados,
y nacieran la tierra y el mundo,
desde la eternidad y hasta la eternidad, tú eres Dios.

Haces que el hombre vuelva a ser polvo,
y dices: Volved, hijos de los hombres.
Porque mil años ante tus ojos
son como el día de ayer que ya pasó,
como una vigilia de la noche.
Tú los has barrido como un torrente[c], son como un sueño[d];
son como la hierba que por la mañana reverdece;
por la mañana florece y reverdece;
al atardecer se marchita y se seca.

Porque hemos sido consumidos con tu ira,
y por tu furor hemos sido conturbados[e].
Has puesto nuestras iniquidades delante de ti,
nuestros pecados secretos a la luz de tu presencia.
Porque por tu furor han declinado todos nuestros días;
acabamos nuestros años como un suspiro[f].
10 Los días de nuestra vida[g] llegan a[h] setenta años;
y en caso[i] de mayor vigor, a ochenta años.
Con todo, su orgullo es sólo trabajo y pesar,
porque pronto pasa, y volamos.
11 ¿Quién conoce[j] el poder de tu ira,
y tu furor conforme al temor que se te debe[k]?
12 Enséñanos a contar de tal modo nuestros días,
que traigamos al[l] corazón sabiduría.

Salmo 91:1-10    Lugar secreto (Abril 2010)

1 El que habita al abrigo del Altísimo

morará a la sombra del Omnipotente[a].
Diré yo al Señor: Refugio mío y fortaleza mía,
mi Dios, en quien confío.
Porque El te libra del lazo del cazador
y de la pestilencia mortal.
Con sus plumas te cubre,
y bajo sus alas hallas refugio;
escudo y baluarte es su fidelidad[b].

No temerás el terror de la noche,
ni la flecha que vuela de día,
ni la pestilencia que anda en tinieblas,
ni la destrucción que hace estragos en medio del día.
Aunque caigan mil a tu lado
y diez mil a tu diestra,
a ti no se acercará.
Con[c] tus ojos mirarás
y verás la paga de los impíos.
Porque has puesto al Señorque es mi refugio[d],
al Altísimo, por tu habitación.
10 No te sucederá ningún mal,
ni plaga se acercará a tu morada[e].

Salmo 92:1-4 Bueno es agradecer a Dios

Bueno es dar gracias al Señor,
y cantar alabanzas a tu nombre, oh Altísimo;
anunciar por la mañana tu bondad,
y tu fidelidad por las noches,
con[a] el decacordio[b] y con[c] el arpa,
con[d] la música sonora de[e] la lira.
Porque tú, oh Señor, me has alegrado con tus obras[f],
cantaré con gozo ante las obras de tus manos.

 Salmo 95 ven, adoremos (canción Mayo 2010)

6Venid, adoremos y postrémonos;
doblemos la rodilla ante el Señor nuestro Hacedor.
Porque El es nuestro Dios,
y nosotros el pueblo de su prado[a] y las ovejas de su mano.

Salmo 100:1-5  Grito de Júbilo (Mayo 2010)

1 Aclamad con júbilo al Señor, toda la tierra.

Servid al Señor con alegría;
venid ante El con cánticos de júbilo.
Sabed que El, el Señor, es Dios;
El nos hizo, y no nosotros[b] a nosotros mismos;
pueblo suyo somos y ovejas de su prado.

Entrad por sus puertas con acción de gracias[c],
y a sus atrios con alabanza.
Dadle gracias, bendecid su nombre.
Porque el Señor es bueno;
para siempre es su misericordia,
y su fidelidad[d] por todas las generaciones.

Salmo 103  Salmo de David

1 Bendice, alma mía, al Señor,

bendiga todo mi ser[a] su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides ninguno de sus beneficios.
El es el que perdona todas tus iniquidades,
el que sana todas tus enfermedades;
el que rescata de la fosa tu vida,
el que te corona de bondad y compasión;
el que colma[b] de bienes tus años[c],
para que tu juventud se renueve como el águila.

El Señor hace justicia[d],
y juicios a favor de todos los oprimidos.
A Moisés dio a conocer sus caminos,
y a los hijos de Israel sus obras.
Compasivo y clemente es el Señor,
lento para la ira y grande en misericordia.
No contenderá con nosotros para siempre,
ni para siempre guardará su enojo.
10 No nos ha tratado según nuestros pecados,
ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades.
11 Porque como están de altos los cielos sobre la tierra,
así es de grande su misericordia para los que le temen[e].
12 Como está de lejos el oriente del occidente,
así alejó de nosotros nuestras transgresiones.
13 Como un padre se compadece de sus hijos,
así se compadece el Señor de los que le temen[f].
14 Porque El sabe de qué estamos hechos[g],
se acuerda de que somos sólo polvo.

15 El hombre, como la hierba son sus días;
como la flor del campo, así florece;
16 cuando el viento pasa sobre ella, deja de ser,
y su lugar ya no la reconoce.
17 Mas la misericordia del Señor es desde la eternidad hasta la eternidad, para[h] los que le temen[i],
y su justicia para los hijos de los hijos,
18 para los que guardan su pacto
y se acuerdan de sus preceptos para cumplirlos.

19 El Señor ha establecido su trono en los cielos,
y su reino domina sobre todo[j].
20 Bendecid al Señor, vosotros sus ángeles,
poderosos en fortaleza, que ejecutáis su mandato,
obedeciendo la voz de su palabra.
21 Bendecid al Señor, vosotros todos sus ejércitos,
que le servís haciendo su voluntad.
22 Bendecid al Señor, vosotras todas sus obras,
en todos los lugares de su dominio.
Bendice, alma mía, al Señor.

Salmo 110:1-3  Siéntate a Mi mano derecha  (Octubre 2010)

Dice el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi diestra,
hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
El Señor extenderá desde Sion tu poderoso cetro, diciendo:
Domina en medio de tus enemigos.
Tu pueblo se ofrecerá voluntariamente[a] en el día de tu poder[b];
en el esplendor de la santidad[c], desde el seno de la aurora;
tu juventud es para ti como el rocío[d].

Salmo 118:19-22 Piedra desechada por los edificadores  (Septiembre 2010)

19 Abridme las puertas de la justicia;

entraré por ellas y daré gracias al Señor[a].
20 Esta es la puerta del Señor;
los justos entrarán por ella.
21 Te daré gracias porque me has respondido,
y has sido mi salvación.

22 La piedra que desecharon los edificadores
ha venido a ser la piedra principal del ángulo.
23 Obra del Señor[b] es esto;
admirable a nuestros ojos.
24 Este es el día que el Señor ha hecho;
regocijémonos y alegrémonos en él.

Salmo 119:9-16  (Noviembre 2017)

¿Cómo puede el joven guardar puro su camino?

Guardando tu[a] palabra.
10 Con todo mi corazón te he buscado;
no dejes que me desvíe de tus mandamientos.
11 En mi corazón he atesorado tu palabra,
para no pecar contra ti.
12 Bendito tú, oh Señor;
enséñame tus estatutos.
13 He contado con mis labios
de todas las ordenanzas[b] de tu boca.
14 Me he gozado en el camino de tus testimonios,
más que en[c] todas las riquezas.
15 Meditaré en tus preceptos,
y consideraré[d] tus caminos.
16 Me deleitaré en tus estatutos,
y no olvidaré tu palabra.

Salmo 119:33-40  (Mayo 2015)

33 Enséñame, oh Señor, el camino de tus estatutos,
y lo guardaré hasta el fin.
34 Dame entendimiento para que guarde tu ley
y la cumpla de todo corazón.
35 Hazme andar por la senda de tus mandamientos,
porque en ella me deleito.
36 Inclina mi corazón a tus testimonios
y no a la ganancia deshonesta.
37 Aparta mis ojos de mirar la vanidad,
y vivifícame en tus caminos.
38 Confirma a tu siervo tu palabra[a],
que inspira reverencia por ti[b].
39 Quita de mí el oprobio que me causa temor,
porque tus juicios son buenos.
40 He aquí, anhelo tus preceptos;
vivifícame por tu justicia.

Salmo 121:1-8 Levantaré mis ojos (Septiembre 2010).

1 Levantaré mis ojos a los montes;

¿de dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene del Señor,
que hizo los cielos y la tierra.
No permitirá que tu pie resbale;
no se adormecerá el que te guarda.
He aquí, no se adormecerá ni dormirá
el que guarda a Israel.

El Señor es tu guardador;
el Señor es tu sombra a tu mano derecha.
El sol no te herirá[b] de día,
ni la luna de noche.

El Señor te protegerá[c] de todo mal;
El guardará tu alma.
El Señor guardará tu salida y tu entrada
desde ahora y para siempre.

Salmo 139  Salmo de David.  Escudríñame Octubre 2010 

Oh Señor, tú me has escudriñado y conocido.
Tú conoces mi sentarme y mi levantarme;
desde lejos comprendes mis pensamientos.
Tú escudriñas mi senda y mi descanso[a],
y conoces bien todos mis caminos.
Aun antes de que haya[b] palabra en mi boca[c],
he aquí, oh Señor, tú ya la sabes toda.
Por detrás y por delante me has cercado,
y tu mano[d] pusiste sobre mí.
Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí;
es muy elevado, no lo puedo alcanzar.

¿Adónde me iré de tu Espíritu,
o adónde huiré de tu presencia?
Si subo a los cielos, he aquí, allí estás tú;
si en el Seol[e] preparo mi lecho, allí estás tú.
Si tomo las alas del alba,
y si habito en lo más remoto del mar,
10 aun allí me guiará tu mano,
y me asirá tu diestra.
11 Si digo: Ciertamente las tinieblas me envolverán[f],
y la luz en torno mío será noche;
12 ni aun las tinieblas son oscuras para[g] ti,
y la noche brilla como el día.
Las tinieblas y la luz son iguales para ti.

13 Porque tú formaste mis entrañas[h];
me hiciste[i] en el seno de mi madre.
14 Te alabaré, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho[j];
maravillosas son tus obras,
y mi alma lo sabe muy bien.
15 No estaba oculto de ti mi cuerpo[k],
cuando en secreto fui formado,
y entretejido en las profundidades de la tierra.
16 Tus ojos vieron mi embrión,
y en tu libro se escribieron todos
los días que me fueron dados,
cuando no existía ni uno solo de ellos.

17 ¡Cuán preciosos también son para mí, oh Dios, tus pensamientos!
¡Cuán inmensa es la suma de ellos!
18 Si los contara, serían más que la arena;
al despertar aún estoy contigo.
19 ¡Oh Dios, si tú hicieras morir al impío!
Por tanto, apartaos de mí, hombres sanguinarios.
20 Porque hablan contra[l] ti perversamente,
y tus enemigos toman tu nombre[m] en vano.
21 ¿No odio a los que te aborrecen, Señor?
¿Y no me repugnan los que se levantan contra ti?
22 Los aborrezco con el más profundo[n] odio;
se han convertido en mis enemigos.

23 Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón;
pruébame y conoce mis inquietudes.
24 Y ve si hay en mí camino malo[o],
y guíame en el camino eterno.

Salmo 144:1-5 (Abril 2014)

Bendito sea el Señor, mi roca,
que adiestra mis manos para la guerra,
y mis dedos para la batalla.
Misericordia mía y fortaleza mía,
mi baluarte y mi libertador,
escudo mío en quien me he refugiado,
el que sujeta a mi pueblo[a] debajo de mí.
Oh Señor, ¿qué es el hombre para que tú lo tengas en cuenta[b],
o el hijo del hombre para que pienses en él?
El hombre es semejante a un soplo;
sus días son como una sombra que pasa.

Oh Señor, inclina tus cielos y desciende;
toca los montes para que humeen.

Proverbios 3:1-14 (Agosto 2013)

Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza[a],
y tu corazón guarde mis mandamientos,
porque largura de días y años de vida
y paz te añadirán.
La misericordia y la verdad nunca se aparten de ti;
átalas a tu cuello,
escríbelas en la tabla de tu corazón.
Así hallarás favor y buena estimación
ante los ojos de Dios y de los hombres.
Confía en el Señor con todo tu corazón,
y no te apoyes en tu propio entendimiento.
Reconócele en todos tus caminos,
y El enderezará tus sendas.
No seas sabio a tus propios ojos,
teme al Señor y apártate del mal.
Será medicina para tu cuerpo[b]
y refrigerio para tus huesos.
Honra al Señor con tus bienes
y con las primicias de todos tus frutos;
10 entonces tus graneros se llenarán con abundancia
y tus lagares rebosarán de mosto.
11 Hijo mío, no rechaces la disciplina[c] del Señor
ni aborrezcas su reprensión,
12 porque el Señor a quien ama reprende,
como un padre al hijo en quien se deleita.

13 Bienaventurado el hombre que halla sabiduría

y el hombre que adquiere entendimiento;
14 porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata,
y sus utilidades mejor que el oro fino.

Proverbios 5:15-23 (Septiembre 2014) 22-23 (Abril 2016)

15 Bebe agua de tu cisterna
y agua fresca[a] de tu pozo.
16 ¿Se derramarán por fuera tus manantiales,
tus arroyos de aguas por las calles?
17 Sean para ti solo,
y no para los extraños contigo.
18 Sea bendita tu fuente,
y regocíjate con la mujer de tu juventud,
19 amante cierva y graciosa gacela;
que sus senos te satisfagan en todo tiempo,
su amor te embriague para siempre.
20 ¿Por qué has de embriagarte, hijo mío, con una extraña,
y abrazar el seno de una desconocida[b]?
21 Pues los caminos del hombre están delante de los ojos del Señor,
y El observa todos sus senderos.
22 De sus propias iniquidades será presa el impío,
y en los lazos de su pecado quedará atrapado.
23 Morirá por falta de instrucción,
y por su mucha necedad perecerá.

 Proverbios 23:4-5 (Mayo 2011)

No te fatigues en adquirir riquezas,
deja de pensar en ellas[a].
Cuando pones tus ojos en ella, ya no está[b].
Porque la riqueza ciertamente se hace alas,
como águila que vuela hacia los cielos.

Isaías 1:16-20 (Abril 2012)

16 Lavaos, limpiaos,
quitad la maldad de vuestras obras de delante de mis ojos;
cesad de hacer el mal,
17 aprended a hacer el bien,
buscad la justicia,
reprended al opresor,
defended[a] al huérfano,
abogad por la viuda.

18 Venid ahora, y razonemos
—dice el Señor
aunque vuestros pecados sean como la grana,
como la nieve serán emblanquecidos;
aunque sean rojos como el carmesí,
como blanca lana quedarán.
19 Si queréis y obedecéis,
comeréis lo mejor de la tierra;
20 pero si rehusáis y os rebeláis,
por la espada seréis devorados.
Ciertamente, la boca del Señor ha hablado.

Isaías 7:14 (Diciembre 2010)

14 Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen[a] concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel[b].

Isaías 9:6,7 (Diciembre 2010)

Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado,
y la soberanía[a] reposará[b] sobre sus hombros;
y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso,
Padre Eterno, Príncipe de Paz.
El aumento de su soberanía[c] y de la paz no tendrán fin
sobre el trono de David y sobre su reino,
para afianzarlo y sostenerlo con el derecho y la justicia
desde entonces y para siempre.
El celo del Señor de los ejércitos hará esto.

Isaías 40:1-5 (Diciembre 2010)

Consolad, consolad a mi pueblo —dice vuestro Dios.
Hablad al corazón de Jerusalén
y decidle a voces que su lucha[a] ha terminado,
que su iniquidad ha sido quitada[b],
que ha recibido de la mano del Señor
el doble por todos sus pecados.

Una voz clama[c]:
Preparad en el desierto camino al Señor;
allanad en la soledad calzada para nuestro Dios.
Todo valle sea elevado,
y bajado todo monte y collado;
vuélvase llano el terreno escabroso,
y lo abrupto, ancho valle.
Entonces será revelada[d] la gloria del Señor,
y toda carne a una la verá,
pues la boca del Señor ha hablado.

Isaías 40:28-31  (Agosto 2011)

28 ¿Acaso no lo sabes? ¿Es que no lo has oído?
El Dios eterno, el Señor, el creador de los confines de la tierra
no se fatiga ni se cansa.
Su entendimiento es inescrutable.
29 El da fuerzas al fatigado,
y al que no tiene fuerzas, aumenta el vigor.
30 Aun los mancebos se fatigan y se cansan,
y los jóvenes tropiezan y vacilan,
31 pero los que esperan en el[a] Señor
renovarán sus fuerzas;
se remontarán con alas[b] como las águilas,
correrán y no se cansarán,
caminarán y no se fatigarán.

Isaías 41:9-13 (Febrero 2013)

tú, a quien tomé de los confines de la tierra,
y desde sus lugares más remotos te llamé,
y te dije: “Mi siervo eres tú;
yo te he escogido y no te he rechazado:”
10 No temas, porque yo estoy contigo;
no te desalientes[a], porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré,
sí, te sostendré con la diestra de mi justicia.
11 He aquí, todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y humillados[b];
los que contienden contigo serán como nada y perecerán.
12 Buscarás a los que riñen contigo, pero no los hallarás;
serán como nada, como si no existieran, los que te hacen guerra.
13 Porque yo soy el Señor tu Dios, que sostiene tu diestra,
que te dice: “No temas, yo te ayudaré.”

Isaías 53:1-6, 12 (Octubre 2011)

¿Quién ha creído a nuestro mensaje?
¿A quién se ha revelado el brazo del Señor?
Creció delante de El como renuevo tierno[a],
como raíz de tierra seca;
no tiene aspecto hermoso ni majestad
para que le miremos,
ni apariencia para que le deseemos.
Fue despreciado y desechado de los hombres,
varón de dolores y experimentado en aflicción[b];
y como uno de quien los hombres esconden el rostro,
fue despreciado, y no le estimamos.

Ciertamente El llevó nuestras enfermedades[c],
y cargó con nuestros dolores;
con todo, nosotros le tuvimos por azotado,
por herido de Dios y afligido.
Mas El fue herido[d] por nuestras transgresiones,
molido por nuestras iniquidades.
El castigo, por nuestra paz[e]cayó sobre El,
y por sus heridas[f] hemos sido sanados.
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas,
nos apartamos cada cual por su camino;
pero el Señor hizo que cayera sobre[g] El
la iniquidad de todos nosotros.

Fue oprimido y afligido,
pero no abrió su boca;
como cordero que es llevado al matadero,
y como oveja que ante sus trasquiladores permanece muda,
no abrió El su boca.
Por opresión y juicio fue quitado;
y en cuanto a su generación, ¿quién tuvo en cuenta
que El fuera cortado de la tierra de los vivientes[h]
por la transgresión de mi pueblo, a quien correspondía la herida[i]?
Se dispuso con los impíos su sepultura,
pero con el rico fue en su muerte,
aunque no había hecho violencia,
ni había engaño en su boca. 

10 Pero quiso el Señor

quebrantarle, sometiéndole a padecimiento[j].
Cuando El[k] se entregue a sí mismo como ofrenda de expiación,
verá a su descendencia[l],
prolongará sus días,
y la voluntad del Señor en su mano prosperará.
11 Debido a la angustia[m] de su alma,
El lo verá[n] y quedará satisfecho.
Por su conocimiento, el Justo,
mi Siervo, justificará a muchos,
y cargará las iniquidades de ellos.
12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes
y con los fuertes repartirá despojos,
porque derramó su alma hasta la muerte
y con los transgresores fue contado,
llevando El el pecado de muchos,
e intercediendo por los transgresores.

Isaías 55:1-3, 6-13  (Octubre 2011)

Todos[a] los sedientos, venid a las aguas;
y los que no tenéis dinero, venid, comprad y comed.
Venid, comprad vino y leche
sin dinero y sin costo alguno.
¿Por qué gastáis dinero[b] en lo que no es pan,
y vuestro salario en lo que no sacia?
Escuchadme atentamente, y comed lo que es bueno,
y se deleitará vuestra alma en la abundancia[c].
Inclinad vuestro oído y venid a mí,
escuchad y vivirá vuestra alma;
y haré con vosotros un pacto eterno,
conforme a las fieles misericordias mostradas a[d] David.
He aquí, lo he puesto por testigo a los pueblos,
por guía y jefe de las naciones.
He aquí, llamarás a una nación que no conocías,
y una nación que no te conocía, correrá a ti
a causa del Señor tu Dios, el Santo de Israel;
porque El te ha glorificado.

Buscad al Señor mientras puede ser hallado,
llamadle en tanto que está cerca.
Abandone el impío su camino,
y el hombre inicuo sus pensamientos,
y vuélvase al Señor,
que tendrá de él compasión,
al Dios nuestro,
que será amplio en perdonar.
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos,
ni vuestros caminos mis caminos —declara el Señor.
Porque como los cielos son más altos que la tierra,
así mis caminos son más altos que vuestros caminos,
y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
10 Porque como descienden de los cielos la lluvia y la nieve,
y no vuelven allá sino que riegan[e] la tierra,
haciéndola producir y germinar,
dando semilla al sembrador y pan al que come,
11 así será mi palabra que sale de mi boca,
no volverá a mí vacía
sin haber realizado lo que deseo,
y logrado el propósito para el cual la envié.
12 Porque con alegría saldréis,
y con paz seréis conducidos;
los montes y las colinas prorrumpirán en gritos de júbilo delante de vosotros,
y todos los árboles del campo batirán palmas.
13 En lugar del espino crecerá el ciprés,
y en lugar de la ortiga crecerá el mirto;
y esto[f] será para gloria[g] del Señor,
para señal eterna que nunca será borrada.

Isaías 59:1-2

He aquí, no se ha acortado la mano del Señor para salvar;
ni se ha endurecido su oído para oír.
Pero vuestras iniquidades han hecho separación entre vosotros y vuestro Dios,
y vuestros pecados le han hecho esconder su rostro[a] de vosotros para no escucharos.

Isaías 60:1-3  (Agosto 2013)

Levántate, resplandece, porque ha llegado tu luz
y la gloria del Señor ha amanecido sobre ti.
Porque he aquí, tinieblas cubrirán la tierra
y densa oscuridad los pueblos;
pero sobre ti amanecerá el Señor,
y sobre ti aparecerá su gloria.
Y acudirán las naciones a tu luz,
y los reyes al resplandor de tu amanecer.

Isaías 61:1-3

El Espíritu del Señor Dios[a] está sobre mí,
porque me ha ungido el Señor
para traer buenas nuevas a los afligidos[b];
me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón,
para proclamar libertad a los cautivos
y liberación a los prisioneros[c];
para proclamar el año favorable del Señor,
y el día de venganza de nuestro Dios;
para consolar a todos los que lloran,
para conceder que a los que lloran en Sion
se les dé diadema en vez de ceniza,
aceite de alegría en vez de luto,
manto de alabanza en vez de espíritu abatido;
para que sean llamados robles[d] de justicia,
plantío del Señor, para que El sea glorificado.

 Isaías 61:10-11

10 En gran manera me gozaré en el Señor,
mi alma se regocijará en mi Dios;
porque El me ha vestido de ropas de salvación,
me ha envuelto en manto de justicia
como el novio se engalana con una corona,
como la novia se adorna con sus joyas.
11 Porque como la tierra produce sus renuevos,
y como el huerto hace brotar lo sembrado en él,
así el Señor Dios[a] hará que la justicia y la alabanza
broten en presencia de todas las naciones.

 Jeremías 9:23-24

23 Así dice el Señor:

No se gloríe el sabio de su sabiduría,
ni se gloríe el poderoso de su poder,
ni el rico se gloríe de su riqueza;
24 mas el que se gloríe, gloríese de esto:
de que me entiende y me conoce,
pues yo soy el Señor que hago misericordia,
derecho y justicia en la tierra,
porque en estas cosas me complazco —declara el Señor.

Jeremías 29:10-14 

10 Pues así dice el Señor: “Cuando se le hayan cumplido a Babilonia setenta años, yo os visitaré y cumpliré mi buena palabra de haceros volver a este lugar.11 “Porque yo sé los planes que tengo[a] para vosotros” —declara el Señor— “planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.12 “Me invocaréis, y vendréis a rogarme, y yo os escucharé. 13 “Me buscaréis y meencontraréis, cuando me busquéis de todo corazón. 14 “Me dejaré hallar de vosotros” —declara el Señor— “y restauraré vuestro bienestar[b] y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os expulsé” —declara el Señor— “y os traeré de nuevo al lugar de donde os envié al destierro.” 

Lamentaciones 3:22-27

22 Que las misericordias del Señor jamás terminan[a],
pues nunca fallan sus bondades;
23 son nuevas cada mañana;
¡grande es tu fidelidad!
24 El Señor es mi porción —dice mi alma—
por eso en El espero.
25 Bueno es el Señor para los que en El esperan,
para el alma que le busca.
26 Bueno es esperar en silencio
la salvación del Señor.
27 Bueno es para el hombre llevar
el yugo en su juventud.

Miqueas 6:8 Nuevo?

El te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno.
¿Y qué es lo que demanda el Señor de ti,
sino sólo practicar la justicia[a], amar la misericordia[b],
y andar humildemente con tu Dios?

Sofonías 3:16-17  

16 Aquel día le dirán a Jerusalén:
No temas, Sion;
no desfallezcan tus manos.
17 El Señor tu Dios está en medio de ti,
guerrero victorioso[a];
se gozará en ti con alegría,
en su amor guardará silencio[b],
se regocijará por ti con cantos de júbilo.