La historia de Bill y Susan…

Bill y Susan—no sus nombres reales—son misioneros extranjeros en el campo de misiones.

Previo a esto, Bill servía como pastor en Estados Unidos. Casado durante 12 años y con 4 hijos, su labor ha tenido éxito e incluye la plantación de una nueva iglesia. Sin embargo….

El año pasado las cosas se tornaron para mal—tanto en su matrimonio como en su ministerio.  En necesidad de ayuda, contactaron a mi amigo el pastor Pat Kenney para recibir consejería a larga distancia. Pat es parte de  Shepherd’s Staff Missions Facilitators y aunque Bill no forma parte de la organización, Pat se ofreció a ayudar, cómo es característico de él.

Luego de cuatro sesiones por Skype, el problema subyacente brotó.  Bill tenía un problema con la lujuria y el pecado sexual.  Esto estaba desgarrando su matrimonio y causando que Bill y su esposa consideraran renunciar a su ministerio misionero.

Para ayudar, Pat ofreció guiar a Bill a través del libro, Venciendo La Lujuria. Pat escribió el prefacio de este libro y ayudó a desarrollarlo. Utilizó Venciendo La Lujuria porque este libro fue escrito:

  1. Para transmitir una comprensión Bíblica de la lujuria y cómo tratar este tema.
  2. Para retar a todos aquellos que luchan con este pecado para que hagan todo lo necesario para adquirir la victoria.
  3. Para proveer aliento y esperanza.

Hay veinte capítulos, cada uno incluye preguntas para discusión. Para Bill esto representó trabajar a través de veinte sesiones de rendición de cuentas, conversaciones y oración. Al completar este proceso, él reporta que esto ha sido “de suma ayuda”. De hecho, en el trayecto, comenzó a ministrar a uno de los ancianos de su iglesia utilizando el mismo proceso. Tal método de “enseñar lo que has aprendido” es de tremendo beneficio tanto para quien enseña, como para quién es enseñado.

¿Por qué debe tomar tanto tiempo?

He aquí las razones por las cuáles Bill no podía completar este proceso en solo unas cuantas semanas:

  1. Todos aquellos que entran en esta lucha, rápidamente se percatan de que lograr la victoria de tal forma que la lujuria no sea un pecado dominante en su vida toma tiempo. Luego de haber permitido que el pecado nos esclavice, — como es de esperarse — este no nos soltará fácilmente.
  2. No hay una estrategia final. Andar en el Espíritu y ser conformados a lo que Cristo desea en nosotros es una asignación para toda la vida. Al obtener la victoria, todos nuestros pecados son revelados. Todavía estamos lejos de dónde debemos estar. De hecho, siempre estamos lejos de dónde debemos estar.

¿Te unes a orar juntos por Bill y todos aquellos que están en el proceso de vencer la lujuria? ¿Estás tu o alguien que conoces en necesidad de esto?

Tu puedes lograrlo. Sea que eres la persona en necesidad o quien puede ayudar, puedes unirte para traer victoria a vidas que están desmoronándose.

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